ESQUELETOS
Ruinas insumisas se abren al ojo del asombro,
siempre altivas se yerguen por más que las penetre la catástrofe;
en el tiempo los gritos tienen un eco sereno.
Estas ruinas, esculturas de tiempo en la mano del hombre, eran cosa reciente,
su belleza era otra, otras nubes y otros ojos las vieron.
Hoy, bajo este sol, en esta selva, son esqueletos, sombras
de adentro desprovistas de carne.
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